viernes, 22 de febrero de 2013

A PESAR DEL MAL TIEMPO SE ENSAYÓ

En la tarde noche de hoy, la lluvia ha dado una tregua y los costaleros del paso de Jesús Nazareno han podido ensayar tal y como estaba previsto. Todo ha transcurrido con normalidad. Pero si algo cabe destacar en la tarde de hoy es la "prueba de fuego", como han comentado en el Blog, de subir por primera vez hasta Santa María La Mayor La Coronada. Sí Dios quiere y las inclemencias del tiempo nos lo permiten haremos Estación de Penitencia en la tarde del Jueves Santo en dicho templo.

Por otra parte la cuadrilla de María Santísima de los Dolores, bajo las órdenes de sus capataces han decidido suspender el ensayo por precaución, ya que el palio está montado completamente y no era bueno correr el riesgo de que se mojara. El ensayo de los costaleros de la Virgen para subir a la Iglesia Mayor se ha aplazado para el próximo viernes, 1 de marzo a las 19:00 h.





1 comentario:

  1. ¿QUÉ ES SER UN HUMILDE COSTALERO?

    Costalero es un sentimiento que va más allá del mero esfuerzo físico, del agotamiento, del dolor, del sufrimiento… Es sentir como tuya la amargura de tu Cristo, de tu Virgen, siendo un paño de lágrimas que nunca se agota, un hombro en el que siempre apoyarse, un corazón que siempre palpita y unos ojos que, con mirada tierna y dulce, entienden su pena y le ayudan a soportarla en los momentos de pasión del Señor.
    Cada uno tiene su ritmo, cada aliento es diferente, cada mirada de complicidad encierra un sentimiento especial, cada vivencia no es comparable a la otra.
    Sin embargo, en cada uno de nuestros pasos hay una virtud común, COMPAÑERISMO, hombro con hombro, si tú no puedes yo aprieto para que tú no sufras, si estas sediento yo calmo tu sed con un trago de agua, ánimo, no desesperes, no todo el mundo goza de llevar sobre sus hombros la agonía de Nuestro Padre Jesús o la amargura de María, viendo sufrir a su hijo humillado y cargando con su cruz, por ese tortuoso camino que lo lleva hasta la muerte.
    Es el compañerismo lo que hace grande a un paso, impregna de vitalidad el andar costalero, hace que tu Cristo y tu Virgen sean reales, nos contagien de su dolor y su pena, nos llenen los ojos de lágrimas y nos hagan sentir hermanos con un fin común, vivir la pasión de Cristo intensamente durante la Semana Santa.
    No hay nada más bonito que la unión que provoca estar bajo el mismo varal, los lazos afectivos se estrechan a cada paso, cada gota de sudor, cada “quejío”, hasta finalmente ser un único corazón que siente por todos y que bombea sangre con todas sus fuerzas para llegar al cielo a la voz del capataz, que se funde en un intenso abrazo con sus costaleros.

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