domingo, 13 de abril de 2014

COMIENZA LA SEMANA SANTA

Con la misa de bendición de palmas y olivos de inaugura la Semana Santa. Invitamos a todos a que en esta semana reflexionemos sobre el amor de Jesús y lo que Él nos pide como cristiano.



Deseamos a todas las Hermandades y Cofradías de Medina Sidonia una feliz Estación de Penitencia o Salida Procesional.

3 comentarios:

  1. Interesante página.-

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  2. La cuaresma llega siempre cargada de toda clase de actividades, de actos, de pregones, de reuniones y tertulias. Apenas termina la Navidad se llenan las casas de Hermandad de cofrades, las calles de ensayos costaleros y las capillas de cultos. La primavera de las hermandades llega en las inmediaciones de la Cuaresma. Pero como toda flor….¿cuales son sus frutos? ¿Qué pasa tras la “floración” cofrade en Cuaresma? ¿Qué ocurre trascurrida la Pascua?
    Durante el año, cuando veo cultos mensuales en casi todas las Hermandades después de Cuaresma y hasta en Cuaresma, a los que falta tanta gente de la Hermandad, tanta gente que acude a casi todo y acude poco a los cultos y a las actividades de piedad y formación, que apenas acuden ante sus titulares durante el año para orar ante sus imágenes y meditar su advocación, me pregunto…..
    ¿Qué buscamos en la Cofradía? ¿Qué buscamos haciéndonos cofrades? ¿Qué esperamos de nuestra Hermandad? Y es una duda que, sinceramente, me produce angustia y preocupación. Porque, veo mi parte de culpa y la de todos los que tenemos alguna responsabilidad en la “Semana Santa” en todo esto. ¿Porque tanta gente se queda en lo externo cuando deberíamos sentir lo trascendente y no lo cambiarlo por nada? ¿Qué estamos haciendo mal? ¿Por qué no sabemos trasmitir a los demás esta experiencia?

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  3. En busca de la igualdad en el seno de La Hermandad.
    ¿Cómo poner en práctica esta actitud de servicio? Ciertamente no es de hermanos ser serviles los unos ante los otros y considerar al propio hermano como un tonto. Es un servicio por amor, y, por consiguiente, entre personas iguales en dignidad. Cristo nos igualó a todos, hermanándonos con él. Y nuestro servicio principal debe ser esforzarnos para que esa igualdad de derecho llegue de hecho a todos los hombres que en unión conforman una Hermandad.
    El Mandamiento Nuevo, expresado ante todo en servicio al prójimo, tiene como fin la construcción de la unidad: unión de los hombres con Dios y de los hombres entre sí. Unión con Cristo hoy, hacia la forma­ción del Cristo Total. Unión en el tiempo, imperfecta y progresiva, hasta llegar a la unidad perfecta y definitiva. Éste fue el ideal de Jesús.
    La unidad del Cuerpo Místico nace de la fe en Cristo y se manifiesta en la solidaridad y ayuda mutua de los hombres entre sí. Pero esta unidad no es a cualquier precio. Cristo insistió mucho sobre la unidad, seguramente porque sabía que en seguida surgirían serias dificultades para sus seguidores. Él, que conocía a fondo el corazón del hombre (Mt 9,3; Jn 2,23), sabía que su mensaje de amor sería atacado fuertemente por todos los hipócritas y egoístas del mundo y más tristemente cuando concurre en el seno de una hermandad. Por eso les avisa a los suyos con toda claridad sobre las persecuciones que les caerían encima (Jn 16,1-4.20.33). Sabe que su palabra y su persona, al mismo tiempo que es germen de unidad, es también semilla de desunión.
    Ante Dios, todos somos iguales, pero quizás sería necesario clarificar y reflexionar si Las Hermandades que sirven a Cristo cumplen Los Mandamientos que Él nos legó y realmente todos y cada uno somos tratados de igual a igual.
    Me pregunto si nos hora de que dejemos de creernos parte más importante que otros en el seno de una Hermandad y simplemente nos dediquemos a servir a la misma con amor y caridad, caminando realmente de la mano del hermano.


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